Entra en la sala común, agotada por completo. Se deja caer en un sillón, sin miramientos, aunque siempre con esa elegáncia que la caracteriza.
Se para a pensar. Toda su família está en Gryffindor, menos Albus y ella. No le parece mal, le gusta su casa. Pero a veces le gustaría poder ir a la sala común donde están todos. Suspira, parándose a mirar las ventanas oscuras que daban al lago negro. Mira de vez en cuando la puerta, a ver si entran Al o Scor. Ni rastro, como no. Suspira de nuevo, y sigue mirando a la ventana.